martes, 15 de marzo de 2011

Pesadillas japonesas

El desastre nuclear está muy arraigado en el imaginario japonés. Las bombas de Hiroshima y Nagasaki significaron el bárbaro colofón a la demencia de la II Guerra Mundial. Desde el comentario fundacional de Oppenheimer, se han venido utilizando toda suerte de términos religiosos, relacionados con las profecías del fin del mundo, para intentar reflejar la inimaginable destrucción causada por las bombas (el último, el Comisario europeo de Energía hablando de Apocalipsis). Los predicadores de siempre, ansiosos por decir "ya os lo dije", claman contra la energía nuclear y pregonan el desarrollo sostenible. La técnica que tanto bien hizo a Japón revela su siniestra contrapartida. Pero más que la técnica, los japoneses están sufriendo los rigores de habitar una zona geológicamente ingrata, a merced de los terremotos y de los embates del Pacífico. Una sociedad que ha recibido enormes bienes de las centrales nucleares, ¿dará ahora un giro de 180 grados o más bien, como hizo después de las bombas, aprenderá a tratar esa fuerza de manera que sirva al bien común? Los japoneses asumieron los riesgos y dichas de las centrales nucleares y ahora causa sonrojo escuchar a los opiniómanos echarles en cara su misma existencia. Confiemos en que la tenacidad y fuerza de esa sociedad tan fascinante y distinta solucione y se recupere del trauma con prontitud.

Mientras, pensando en todo ello, he aquí algunas lecturas de interés:


  • Akira, de Katsuhiro Otomo. Obra maestra absoluta del manga, muestra algunos de los peores sueños del Japón: la sociedad militarizada y disuelta en violentas tribus urbanas, los miedos y frustraciones de la adolescencia, la hecatombe nuclear...
  • Hiroshima, de John Hersey. Reportaje sobre varios de los supervivientes a la primera de las bombas, es un clásico del periodismo de investigación.
  • Acerca del nihilismo, de Ernst Jünger y Martin Heidegger. Meditaciones acerca de la técnica de dos pensadores clave del s. XX. Incluye los textos Sobre la línea y Hacia la pregunta del ser. 
  • Quatrain, de Toru Takemitsu. Por último, recomiendo este disco del gran compositor japonés, escrito como homenaje al Quatuor de Messiaen. Aquí se puede descargar


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