sábado, 24 de abril de 2010

Educación europea

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"- ¿Por qué los alemanes nos hacen esto?

- Por desesperación. ¿Has oído lo que ha dicho Pech hace un rato? Que los hombres se cuentan bonitas historias y luego se dejan matar por ellas; se imaginan que así el mito se hará realidad. Él también está a punto de caer en la desesperación. No sólo los alemanes. La desesperación ronda por todas partes, desde siempre, alrededor de la humanidad... En cuanto se acerca demasiado, en cuanto penetra en uno, el hombre se vuelve alemán; aunque sea un patriota polaco. La cuestión es saber si el hombre es alemán o no... o si lo es sólo a veces. Es lo que intento explicar en mi libro. ¿No me preguntas cómo se titula?

- Dímelo.

- Se llama Educación europea. El título me lo sugirió Tadek Chmura. Evidentemente, él le da un sentido irónico. Educación europea, para él, son las bombas, las matanzas, los rehenes fusilados, los hombres forzados a vivir en guaridas, como animales... Pero yo acepto el desafío. Por más que me digan que la libertad, la dignidad, el honor de ser un hombre, todo eso, en fin, sólo es un camelo, un cuento de hadas por el que nos matamos unos a otros, la verdad es que hay momentos en la historia, momentos como los que estamos viviendo, en los que todo lo que impide al hombre desesperar, todo lo que le permite creer y seguir viviendo, necesita un escondite, un refugio. Ese refugio a veces sólo es una canción, un poema, una música, un libro. Yo quisiera que mi libro fuera uno de esos refugios, y que al abrirlo, después de la guerra, cuando todo haya acabado, los hombres encuentren su bien intacto, que sepan que aunque nos obligaron a vivir como animales, no pudieron obligarnos a desesperar. La desesperación no es más que una falta de talento".

Romain Gary, El bosque del odio


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